El
periodismo en esta región está muerto, además de perseguido y
condenado.
El
pasado domingo 1 de marzo, hubo en Albacete una manifestación de mas
de 1500 personas que reclamaban unas condiciones laborales más
dignas. Sin embargo, la noticia de la semana ha sido lo "bonita"
que es la fiesta popular y lo “exitoso” que ha sido el Congreso
Internacional de la tauromaquia impulsado por Cospedal. Sin ningún
tipo de fisura respecto a este tema, ni una valoración animalista,
ni tampoco el coste de subvencionar la tauromaquia -para quien no lo
sepa, son mas de 600 millones de euros anuales- un "arte"
que está prácticamente muerto y que vive gracias al dinero público.
Quizás alguien no se ha percatado, pero estas subvenciones no
pretenden salvar la "cultura" en este país no, simplemente
pretenden salvar a los cuatro terratenientes y grandes ganaderos que
viven de esto, "amiguetes" de la élite política en esta
región y que a su vez, son en gran parte inversores de numerosos
medios de comunicación.
Ahora bien, incluso dentro de este mundo de estoques, banderillas y muerte, también tiene cabida el rodillo de la censura. Pues poco o muy poco se puede leer sobre la sonora pitada que Cospedal recibió en la plaza de toros de Albacete. Lamentable si, pero aún podemos ir más allá. La televisión regional, falseó el sonido ambiente de la plaza para que no se oyera la monumental pitada. Todo un alegato a la más burda manipulación, a la misma altura que la televisión pública de Pyongang.
Ahora bien, incluso dentro de este mundo de estoques, banderillas y muerte, también tiene cabida el rodillo de la censura. Pues poco o muy poco se puede leer sobre la sonora pitada que Cospedal recibió en la plaza de toros de Albacete. Lamentable si, pero aún podemos ir más allá. La televisión regional, falseó el sonido ambiente de la plaza para que no se oyera la monumental pitada. Todo un alegato a la más burda manipulación, a la misma altura que la televisión pública de Pyongang.
Sin
duda, Esta televisión autonómica reproduce nuestras mayores
sensaciones de repulsa e indignación, pues se trata de un medio
financiado con dinero público, que gasta mas de 900.000€ en
retransmitir corridas de toros y que ha sido transformada en la mayor
arma electoral y garantista del PP y sus políticas de amiguetes y
guadaña, gracias al control masivo que ejerce el ejecutivo de
Cospedal y a la complicidad de unos periodistas que han priorizado
sus interés particulares a los interés generales y a la ética de
su profesión.
Recordad que los medios de comunicación influyen de forma decisiva en la creación de la opinión pública y desde luego, la ciudadanía no puede defender los interés económicos o partidistas de los propietarios de los medios cómo si fueran los suyos, porque no lo son.
Recordad que los medios de comunicación influyen de forma decisiva en la creación de la opinión pública y desde luego, la ciudadanía no puede defender los interés económicos o partidistas de los propietarios de los medios cómo si fueran los suyos, porque no lo son.
No
es de recibo, que los “grandes medios regionales “ hablen sin
paliativos de lo bella que es la fiesta nacional y del gran apoyo
que recibió por parte de la provincia cuando no es así, y mucho
menos sin poner en duda la necesidad de este evento y del gasto que
supone en una comunidad en la que más de 30.000 dependientes no
tienen ningún tipo de cobertura (entre otras muchas barbaridades).
Simplemente me queda animar a aquellos periodistas de esta región que han decidido ser valientes y saber decir "no" a los intereses económicos y políticos que mueven los medios, a pesar de haber tenido que perder su puesto de trabajo.
Ahora mas que nunca, necesitamos esa valentía, pues corremos el riesgo de ser una región de señoritos y esclavos con plazas de toros.
Simplemente me queda animar a aquellos periodistas de esta región que han decidido ser valientes y saber decir "no" a los intereses económicos y políticos que mueven los medios, a pesar de haber tenido que perder su puesto de trabajo.
Ahora mas que nunca, necesitamos esa valentía, pues corremos el riesgo de ser una región de señoritos y esclavos con plazas de toros.